Julio Panti Crítico de Arte Casi desfallesco como señorita decimonónica valseando "Sobre las olas" con esta preciosidad de película a la que se le podrá hurgar para encontrarle intenciones fallidas, imprecisiones históricas o lo que sea, pero resultaría un ejercicio forzado. Esta película es una belleza franca en su decir porque lo que ves es lo que hay, y no es poco. No le caben otros juicios pero tampoco elogios gratuitos, porque no es una película histórica, ni de alegatos gays es una película sobre la sombría condena a que pueden sentenciarse los que anteponen sus intereses prácticos a costa de sus deseos más profundos, de lo que la sociedad quiere de sí pero que no coincide consigo, todo en una época de afrancesada inquisición mexicana... Poco importa, por ejemplo, si el retrato de Porfirio Díaz no cumple con la fama por todos aceptada aunque incomprobable del todo, lo importante es que muestra otra vez lo idéntico que es México y su flamigero dedo de falsas