El color blanco del cielo bajaba hasta la tierra del Panteón de Romerillo. La nube espesa traía consigo una ligera lluvia, una llovizna que apenas bañaba las tumbas y las 22 cruces azules y verdes adornadas de cempasúchil, las cuales casi alcanzaban el cielo.
Eran las primeras horas del día del 1 de noviembre y, el frío se dejaba ver en los visitantes que, pese a los 10 grados centígrados, llegan al sitio en donde los colores de las flores y la música tradicional dibujan el alma de los fieles difuntos. Una rueda de la fortuna se alcanza a ver a distancia. También se escuchan las risas de quienes pasean cerca de los juegos mecánicos y de las vendimias de posh y de comida.
A 30 minutos aproximadamente de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, se ubica el Panteón de Romerillo, lugar en donde familiares visitan a quienes han partido y tienen este día para convivir con sus seres queridos.
Trasladados en taxis, en carros particulares o a pie, habitantes tsotsiles -que forman parte de la familia mayense junto con otras etnias -, llegan con su vestimenta tradicional. Se colocan alrededor de la tumba, la cual encima tiene una madera que simboliza una puerta que posteriormente tocan y abren.
De esta forma convidan a sus antepasados a salir para convivir con ellos. Este rito mesoamericano ha permanecido pese a la Conquista Española, menciona en entrevista Sidhartha Álvarez, guía de Turismo Federal.
La música tradicional a cargo de los mashes y la música norteña, transita en cada núcleo que ora en silencio, que llora y adorna a la tumba de cempasúchil, juncia y seda.
Por lo que la cempasúchil que significa flor de 20 pétalos o de muchas flores, se convierte en la representación del sol para los mayas. Por tanto, agrega el entrevistado, que en el altar de las casas colocan flores de cempasúchil desde la puerta hacia el altar, porque se pide que la luz llegue a lo más profundo del inframundo.
"Dicen los mayas:
Y tuvo que marchitarse tu aliento florido para que pudieras entrar en el camino, morir es solamente caminar a otro sitio.
"Entran en el camino, bajan al inframundo, tienen que vencer sus miedos para ganar la oportunidad de irse al supramundo y convertirse en hombre verdadero", destaca.
Mientras que la juncia, permite la cercanía a la tierra y a la vida. Las tumbas tienen más de una cruz. Cada color de la cruz representa la etapa del fallecido o fallecida. La de color negro representa a la edad adulta mayor, verde o azul edad joven, y la de color blanca representa a infantes muertos.
"La familia debe permanecer junta después de muertos. Se bebé posh para estar cerca de las divinidades. También está presente el refresco de la Coca Cola, líquido carbonatado, la cual se utiliza en rituales, pues se cree que a través del eructo sale el mal o la enfermedad. No se celebra a la muerte sino el gozo de la vida, el gozos de los vivos y conocidos que ya no están", refiere.
Así transcurre el 1 de noviembre. En donde los vivos y los muertos se encuentran en el frío, entre colores y alegrías. Degustan tamales, limas y cacahuates. Hablan en su idioma y se recuerdan, se dibujan, se escuchan, se viven.
Comentarios
Publicar un comentario