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Vio turbia su mañana y no quiso ser: un breve comentario sobre Esplendor de no ser de Lucía Duero



 

Pero el no ser también empieza entre mis manos

Roberto Juarroz

 

Por Julio Solís

Fotografía Yoana Vázquez 


El pasado lunes 13 de octubre, a las 17:00 horas, en el marco de la XII Feria Internacional del Libro UNACH 2025, presenté el poemario Esplendor del no ser, de Lucía Duero en la Sala de Historias Universitaria. Escribí este texto sobre el libro.

***

Frente al dilema del no ser, o es decir, la inexistencia, Lucía Duero en su libro Esplendor de no ser publicado este año del 2025 por New Mundo Prees, nos ofrece una obra que plantea una antítesis poética, pues el vacío brilla y frente a esa anomalía podemos ver al yo poético debatirse entre la esperanza y el vacío, entre el anhelo y la inexistencia; esta silenciosa voz grita y se aferra a la luz frente a la banalidad del mundo, pero, a pesar de ese esplendor, el yo poético no se presupone como un ser que deba ser, aunque ciertamente transite La vía de la verdaddonde —según el poema de Parménides— el ser no es y necesariamente el no ser es. 


Lucía en los más de 40 poemas que escribió en español y que ya fueron traducidos por Anayvelyse Allen Mossmancomo Brilliance of Ubeing, rompe la guillotina de David Hume porque ciertamente, el poemario no busca imponer udeber ser y establece más bien una poética dialéctica y dialógica donde conviven distintas voces que logran hacer del yo poético, un yo plural, pero acaso inexistente o no, pues ¿no acaso aquello que se nombra existe? Uno de los versos de la poeta dice:

Porque / el futuro desde allá / el Mediterráneo/ contaminado / cuando se anunció el fondo / no sabía cómo nombrarlo / y si yo tenía el fondo / y si yo tenía el techo/ ahora / calla/ como si nunca hubiéramos abrazado el mismo norte.


El silencio, que según Alfonsina Storni es la voz que llama dulcemente, la tarde alargada, la luz tamizada, es unconstante en Esplendor de no ser, la poeta navega por las olas silenciosas en los episodios de la vida y acaso emite desde su cueva (como también la llamaba Emily Dickinson)una lánguida voz que se va aumentando hasta volverse un grito, una protesta que forma parte de la anatomía del no ser y parte de la circunstancia misma de este, un grito que, al parecer tampoco existe. Dice Duero:

el silencio como un arquetipo como la espina dorsal / de la anticipación/ trata de permitir que no se entienda que no se vea que no se sienta / jamás/ vivir como si no existiera

Y más adelante en el poemario reafirma tomada de la mano del gran poeta Paul Celan lo siguiente:

el silencio: una película que nunca empieza / ¿Dónde imaginabas haberme encontrado si no en tu mirada?

En este punto vemos dos máscaras del vacío, aquellaque refiere a la inexistencia y la otra que existe en lo finito del ojo, es decir, la existencia a partir del que mira, la existencia determinada por el otro, una existencia que surge por el otro que puede nombrar, pero cegado por el resplandor silente no le es posible apreciar la totalidad del ser, porque precisamente es un ser que parece estar fuera del tiempo y de lugar:

Soy / la propuesta que no encaja / mesa que no embona / cajón que no cierra / solo a fuerza.

Como Rosario Castellanos, Lucía Duero se cuestiona la idea de nombrar lo otro porque la vida duele, porque la cotidianeidad desgarra y porque el otro en su existencia nombrada o no también lastima, en este sentido Duero reflexiona a lo largo de su libro por qué estar y por qué seguir, pero también encuentra las posibles respuestas y acaso estas las conduzcan a más cuestionamientos. En uno de sus poemas dice: 

me abalanzo fuera de sí: /¿para qué vine?/ a mudar la piel de la serpiente / y seguir arrastrándome/ no soy más/ que una impresión/ de mí misma/ una gaveta inaccesible…



La poeta y también traductora de Alejandra Pizarnik, Cristina Peri Rossi, Amparo Dávila, José Emilio Pacheco o el magnífico poeta de la negritud europea Aimé Césaire,entre otras y otros, en este poemario que también esconocido como Brillantes del no-ser,  nos conduce por diversas atmósferas emocionales cuyo común denominador parece ser el desánimo, el hastío, la oquedad, la inevitable caída, la destrucción: lo que importa es el proceso / de depresión / de desintegración del yo / de la pérdida de la armonía familiar / de la falta de voluntad

Pero al mismo tiempo encuentra una posible respuesta para que, el no ser pueda continuar despidiendo su luz:  regresar a casa con el corazón caliente/ aún despreocupado/ porque como diría la escritora argentina Marilina Rébora: cuando preocupaciones asedian los cantares apaciguan la mente y Duero encontró un canto, una melodía  frente a la preocupación de no ser o ser sin ser, o ser invisible o un no ser luminoso y  esta puede ser una posible respuesta también a la destrucción y las constantes guerras que hoy (y acaso siempre) dominan al mundo: La ternura como una nueva forma de pensar. 


 

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