“Tuxtla está en una de las etapas de transición. Podría ser uno de los últimos momentos antes de perder o desaparecer, de no protegerse a la arquitectura vernácula y al patrimonio histórico construido”, informa en entrevista el historiador y promotor cultural, Juan Sarmiento.
Ante esto, el entrevistado también integrante del colectivo La Bella Tuxtla destaca que, esta pérdida del 60 por ciento, ocurrirá dentro de unos 30 o 40 años.
"Principalmente, de edificios privados que forman parte de aquella riqueza arquitectónica que se tuvo. Aunque nuestra historia también nos dice que los gobernantes no respetaron a su pueblo y menos a los edificios que daban identidad a la población, eso lo vimos durante todo el siglo XX", comenta.
Y es que, menciona que para estudiar a Tuxtla como objeto de estudio debe existir una visión amplia y objetiva. Sin embargo, apunta que hay que ir dejando los tabús personales “y sobre todo, la nostalgia de lo que existió en algún momento, y es aquí donde se debe empezar a empalpar en todos los aspectos posibles”.
Sarmiento añade que, para avanzar hacia una construcción y fortalecimiento de la visión de la identidad, es primordial la construcción de la memoria histórica de la población. Es decir, dentro de los núcleos familiares existen costumbres y tradiciones comunes que se van relacionando entre distintas familias, barrios, zonas y grupos sociales que comparten intereses comunes.
Por ello, menciona que, un ejemplo de ello se puede identificar en los mercados donde la amalgama de los distintos productos que se ofrecen: el tipo de vestimenta, modismos, gastronomía, entre otras. Por consiguiente, indica que se puede observar y analizar puntos importantes para encontrarla como el comercio, el intercambio cultural, y de más cosas que se han vuelto cotidianas, pero son parte sustanciales para la sociedad.
El entrevistado da a conocer que, es importante para la sociedad crear y promover identidades, porque con ella se marcan puntos necesarios para reconocerse dentro de ellas y fuera de ellas: “Esto hace que se vayan creando lazos entre los individuos y que la sociedad sea más sólida y con una mayor riqueza cultural que va perdurando de generación en generación. De esta forma, se van creando nexos entre individuos y con distintas expresiones comunicativas, religiosas, sociales, entre otras. Se van creando conexiones que van forjando identidades, porque no solo se trata de una, si no de una telaraña para formar una sociedad ricamente cultural”.
El entrevistado añade que, mediante esto, se podrá dar a conocer un nuevo panorama, o una visión existente, ante la importancia de la preservación, protección y cuidado de nuestro patrimonio material e inmaterial que aún ha perdurado.
Asimismo, reflexiona sobre la importancia de la historia oral y de la construcción de una memoria colectiva con índole histórico para la reconstrucción de nuestra historia, “ya que tenemos una serie de datos que son importantes, pero fundamentalmente urge la búsqueda, documentación y más ejercicios como las charlas y foros, para escuchar esas historias que todos tenemos que contar”.
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