Antropólogo Juan Martín Coronel Lara
Cronista del municipio de Venustiano Carranza
El Señor del Pozo de Venustiano Carranza (culto que data de fines del siglo XVIII), cuya fiesta el Tercer Viernes de Cuaresma congrega a peregrinos de diferentes municipios de Chiapas, es hoy día un crucificado casi negro, sin embargo, existen evidencias fotográficas y testimoniales que indican que, hasta principios del siglo pasado, poseía un encarnado de piel más claro.
En 1795 se erigió en San Bartolomé de Los Llanos la primera ermita dedicada a cristo en la cruz con el título de Señor del Pozo. Aunque aún carecemos de un estudio de corte histórico sobre esta devoción, existen documentos que indican que en las primeras décadas decimonónicas su culto iniciaba su proceso de expansión fuera de los límites del pueblo llegando incluso a lugares tan alejados como la Costa de Chiapas. Hoy en día su santuario, si bien de convocatoria regional, es el segundo en importancia dedicado a la veneración de un crucificado en Chiapas solo después del santuario de Tila, esto en cuanto hace a su ámbito de influencia devocional (Coronel Lara, s.f.).
El color oscuro que actualmente lo caracteriza se debe a su restauración que tuvo lugar después de la “quema de santos” en los años treinta. El análisis de las fotografías si bien no permiten determinar con certeza el tono que poseía con anterioridad, si nos respalda para proponer un rango que va del color de piel claro al moreno claro (Coronel Lara, s.f.). Las pesquisas que he llevado a cabo coinciden con lo dicho por el cronista y escultor Juan María Morales Avendaño nacido en 1907. Testigo ocular del proceso de ennegrecimiento del Señor del Pozo, dejaba asentado en su libro San Bartolomé de Los Llanos en la historia de Chiapas, editado por segunda ocasión a mediados de los ochentas, lo siguiente:
En 1935 estaba muy deteriorado, primero porque estuvo escondido por la quema de Santos que acaeció el año anterior, por estar en lugares húmedos se le cayó la pintura y se le despegaron los ajustes. Después, además de que cuidaban poco de él, al estar expuesto, por tantos años fuera del nicho, al humo de las velas y del incienso adquirió un color negro viejo. Las personas que lo limpiaban desconocían la manera de tratar la pintura y lo hacían con aceite u otras sustancias que empeoraban más la imagen. Para que los fieles no la confundieran o desconocieran y tomaran por otro, perdiéndose así el amor y devoción que le tenían; al renovarse se le dio un color aproximado al que tenía. No es que desde el principio haya sido negro como escriben algunos mal informados que solo dicen lo que ven actualmente sin fijarse en el motivo por el que está del color [las cursivas son mías]. (Morales Avendaño, 1985, p. 171)
Referencias
Coronel Lara, J. M. (s.f.). El culto al Señor del Pozo en Venustiano Carranza Chiapas, México. Algunas referencias históricas y etnográficas. Manuscrito en preparación.
(s.f.). El Santo Cristo de Tila. Un estudio del Crucificado Chiapaneco basado en la literatura histórica y antropológica. (Tesis de licenciatura). Universidad Autónoma de Chiapas, San Cristóbal de Las Casas. Manuscrito en preparación.
Morales Avendaño, J. M. (1985). San Bartolomé de Los Llanos en la historia de Chiapas. Tuxtla Gutiérrez: UNACH.
(Texto tomado de Coronel Lara, J. M. El Santo Cristo de Tila. Un estudio del Crucificado Chiapaneco basado en la literatura histórica y antropológica. (Tesis de licenciatura). Universidad Autónoma de Chiapas, San Cristóbal de Las Casas. Manuscrito en preparación.)
Comentarios
Publicar un comentario