En la Ermita del Señor del Calvario, ubicada en uno de los barrios más antiguos de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, se vive una de las tradiciones religiosas más arraigadas y significativas de la región, la ensarta de flor de mayo. Es el primer domingo de Cuaresma y las priostas —mujeres encargadas de la organización de las festividades religiosas— se reúnen para preparar el altar donde se representa la crucifixión de Cristo. Entre ellas, destaca Araminta Torres Guzmán, actual priosta de la vestida del Señor. “Soy la priosta de la vestida del Señor, que se realiza el primer domingo de Cuaresma”, comenta Araminta mientras sus manos trabajan con delicadeza la flor blanca. La jornada consiste en cubrir el calvario —una estructura de madera que representa el Gólgota— con ramas de saux (una palma típica de la región) y después adornarlo meticulosamente con largas guirnaldas de flor de mayo, una especie endémica del sureste mexicano, conocida por su aroma suave y su importancia en las celebracione...