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El teatro en los medios de comunicación

 


Karla Gómez

 

*Texto presentado en el evento “Tejido teatral en Chiapas”, en noviembre de 2023, a alumnos y alumnas de la licenciatura en Artes Escénicas: Teatro, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.


¿Qué papel ocupa el teatro en los medios de comunicación? ¿A qué audiencia llega? ¿Quiénes consumen teatro en los medios de comunicación? ¿De qué manera se cubren las propuestas escénicas? ¿Desde qué perspectiva se escribe?


Para responder estas preguntas, primero hablaré de los públicos tuxtlecos, de los teatreros y de la presencia de los medios en actividades artísticas.


Si bien Chiapas es un estado multicultural y diverso, y Tuxtla Gutiérrez, una ciudad en constante crecimiento urbano que aún conserva sus tradiciones, también tiene sus bemoles. Pese a su oferta cultural y artística, aún tiene una deuda de público, carece de ese individuo que tiene la necesidad de consumir un producto, de dialogar con la escena, en este caso específico con el teatro, y con ello, vivir una experiencia: identificarse con la obra y tener una catarsis a través de un acto recreativo y vívido. Aunque se debe tomar en cuenta la realidad social, desde cómo sus ciudadanos la viven, la habitan, cuáles son sus necesidades inmediatas y si realmente consideran el arte como una necesidad básica y vital.


El teatro es un acontecimiento, algo que sucede a través de la acción humana, como dice Luis de Tavira. Sin embargo, en el teatro se vive con los otros y en una función se redondea nuestra existencia. Es la otra vida que se tiene, pero que dura muy poco, 30 o 60 minutos, donde nos relacionamos con el ser, con el yo, con aquello que representa nuestra naturaleza y decadencia. El teatro es indispensable para estudiarnos, para observar nuestra humanidad, pues el acontecimiento teatral —dice Jorge Dubatti, investigador teatral— “es algo que pasa y existe mientras acontece, es uno de los tesoros culturales de la humanidad”.


Sin embargo, si ir al teatro es ver más que un telón abierto y luces de color ámbar o azul matizando la corporalidad de actores siguiendo trazos escénicos que indicó el director o directora de escena, ¿por qué hay butacas vacías? ¿Acaso la realidad es suficiente para no verse en escena? ¿Dónde están esos públicos? 


Hace algunos años, la gestora Lucina Jiménez dio una conferencia en el Auditorio de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, donde abordó el tema de los públicos. Ahí se cuestionaba si el éxito de una propuesta artística ocurría con un lleno total en la sala o con la asistencia de pocos públicos que viven una experiencia enriquecedora por la oferta cultural.


Pese a que la ciudadanía tiene derechos culturales y puede ser partícipe de su cultura mediante propuestas artísticas gratuitas, ¿quiénes consumen teatro, a qué edad miran una obra de teatro? ¿Cuántos conocen que existen espacios donde se llevan a cabo funciones, como el Teatro de la Ciudad Emilio Rabasa, el Teatro Francisco I. Madero, el Auditorio General del Centro Cultural de Chiapas Jaime Sabines, o los foros autogestivos como Telar Teatro, La Puerta Abierta y recientemente Casa Conejo Café Cultural?


Tuxtla Gutiérrez cuenta con creadoras y creadores escénicos, seres que ejercen una profesión vinculada al valor humano, a la transformación que ocurre en un ser y que genera material teatral que aborda un contexto social, familiar y cultural. Además de ser partícipes de grupos y compañías teatrales, permiten conocer las diferentes voces y miradas que hay en el quehacer teatral, mediante estilos, formatos y discursos que le dan un sello particular a la propuesta escénica.


Algunas de las agrupaciones son: Cocuyo Teatro, Confines Teatro, Telar Teatro, Paren Orejas, Marabunta Teatro, La Pochota Teatro, La Nube Roja, Changos Negro Compañeros, Teatro de Lola, Ruderal Teatro, La Cajita Mágica y Mantícora Teatro; así como los alumnos del Taller de Teatro del Emilio Rabasa con Lennin De’ Zunnún; Compañía Teatral Letra y Movimiento, Teatro Universitario con William Ordóñez, en la Facultad de Humanidades de la UNACH, y en la Facultad de Contaduría y de Arquitectura, Rika Valdez y Merly Macías, respectivamente.


En la dramaturgia, se destacan las aportaciones de Alfredo Palacios, Lola Montoya, Héctor Cortés Mandujano, Hugo Montaño, Damaris Disner, Laura Jiménez Abud, Luis Antonio Rincón García, Raymundo Zenteno, Roxana Carbajal, Merly Macías, Priscila Fernández, Joan Alexis Robles Toledo, Ulises Soto, Ismael Gallegos, Douglas Saldaña, Manuel Jiménez, Rocío Acuña y Daniel Falconi.


Las temáticas que se abordan en la dramaturgia chiapaneca son: feminismo, violencia, problemáticas sociales, migración, costumbrismo, pandemia, amor, desamor y temas ontológicos; aunque hay una baja presencia de obras dirigidas al público infantil.


Existe un panorama teatral nutrido por actrices, actores, dramaturgas, dramaturgos y directores que estudiaron en otros estados, como Monterrey y Veracruz, quienes en su mayoría regresaron a la entidad para retribuir con propuestas escénicas. Lo que vemos hoy es parte del resultado de ese intercambio de lenguaje, el reflejo de la formación y la búsqueda por hablar de un teatro hecho desde Tuxtla Gutiérrez. Esta forma de hacer teatro los ha llevado a participar en algunas ediciones de la Muestra Nacional de Teatro. Otro punto importante, es la reciente creación de la licenciatura en Teatro en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, la cual espera ser un eje que fortalezca a la comunidad y profesionalice las artes escénicas.


Ver teatro en un estado del sureste de México como Chiapas es vital por varias razones. El teatro sirve como un espejo de la realidad social y cultural, permite a las y los espectadores encontrarse en las historias y personajes que se presentan en escena.


Formar públicos para la escena teatral de Tuxtla Gutiérrez es crucial para el crecimiento del teatro local. El público no solo asiste a las funciones, sino que también se convierte en un defensor del teatro, a la vez que se permite informar, agudizar su criterio y demandar mayor calidad en las producciones y propuestas escénicas.  


En ese sentido, si hay oferta, si hay dramaturgas, dramaturgos, actrices, actores, directoras y directores escénicos; si hay lugares donde se llevan a cabo funciones, ¿de qué manera se habla de esto en los medios de comunicación? ¿Cuál es la importancia de cubrir funciones de obras teatrales?


Para ser honesta, los medios de comunicación han limitado los espacios para notas culturales y artísticas, y por ende, han dejado de contratar a reporteros y reporteras de cultura, profesionales del tema. Consideran a la sección como “no vendible” y prefieren direccionar esos espacios para publicidades pagadas o recibir colaboraciones de “relleno”.


Por ello, es importante cubrir funciones teatrales para brindar espacios donde se hable, se cuestione y se dialogue sobre la escena de Tuxtla con las y los escénicos, y con las y los lectores, construyendo así publicaciones que posteriormente, y muy probablemente, sean retomadas para un análisis a profundidad.


¿A qué audiencia llega? Espero que, con las redes sociales, a una cifra mayor a lo que puede proporcionar un ejemplar impreso. Soy consciente de que los medios de comunicación no solo deben difundir la oferta cultural, sino generar diálogo, críticas, reportajes o artículos; sobre todo, ser parte del desarrollo social y cultural de una región, así como de la democratización cultural.


Para quienes ejercemos este oficio, representa una gran responsabilidad, pues con los textos periodísticos se genera un constructo social a través del arte, del pensamiento, ya que el arte humaniza, cuestiona e intenta responder acerca de nuestra naturaleza, de nuestros miedos y de nuestra cotidianidad. Y con ello, se educa a una población sobre temas que quizás no han estado a su alcance, además de incentivar a que se formen su propia opinión y debatan sobre un tema en particular.


El teatro, así como otras manifestaciones artísticas, son una pieza importante para mi formación, para descubrirme como un ser que se nutre de lo colectivo, del arte en sí. El teatro y el periodismo son dos piezas importantes que muestran y moldean una sociedad que vive su cultura a través de sus expresiones, y se buscan y se encuentran para influir en el comportamiento y pensamiento de las personas.

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