“He aspirado a compartir otras formas de contar el mundo y de narrar la vida que tenemos en Chiapas”: Luis Antonio Rincón García
Hablar de Luis Antonio Rincón García, es hablar de un escritor chiapaneco de cuento, novela y dramaturgia; de un narrador que ha encontrado en Chiapas olores, sabores y momentos que se integran en las historias que escribe; de un autor que encuentra en la literatura infantil y juvenil un hogar que se extiende en cada libro, porque hogar también es palabra, vida, permanencia.
Debido a ello, te compartimos esta entrevista donde comenta su sentir por ser el ganador del Primer Premio Estatal de Literatura Infantil Elva Macías 2022.
¿Cómo te sientes haber ganado el Primer Premio Estatal de Literatura Infantil Elva Macías 2022?
Son múltiples las emociones. Estoy contento, entusiasmado porque es un premio que me da la posibilidad de festejarlo con la familia y amigos. Me deja más comprometido con mi quehacer y, un poco nervioso, en tanto el cuento seguramente será leído minuciosamente cuando se publique.
Elva Macías es una poeta que ha escrito para niños y niñas, podrías compartir ¿qué significa para ti que este Premio lleve el nombre de la poeta?
Me siento muy horado por esa distinción. Ella ha delineado el trabajo de escritores jóvenes a partir de su estilo y también aconsejándolos en su formación. La maestra, además, ha creado una gran historia en la literatura estatal y nacional, es un ícono de la promoción cultural y, por su puesto, de las letras. Todas esas imágenes vienen a mi mente al contestar esta pregunta.
Me gustaría que nos compartieras sobre el proceso de este libro premiado, ¿cuánto tiempo te llevó escribirlo? ¿Es un libro de cuentos? ¿Cómo se integra? ¿Cuántas páginas tiene? ¿Cómo surgió la historia? ¿Qué buscabas como escritor reflejar? ¿Podrías compartirnos la sinopsis? ¿En dónde podremos leerlo?
Para mí el proceso de escritura comienza desde que empieza a concebir el libro, y termina cuando le das la última revisada y lo metes a un sobre para enviarlo a una editorial o un concurso. Visto desde esa perspectiva, puedo decirte que me llevó medio año, pues ya venía cocinando la idea de contar una historia en la que un niño atravesara distintas etapas de la historia de Chiapas, e incluso revisé varias veces la estructura de un cuento del maestro Eraclio Zepeda, “De la marimba al son”, y un ensayo de Mario Humberto Ruz, “Memorias del río grande”, pues consideré que ambos contienen una estrategia narrativa que venía bien a mi historia, aunque luego ésta tendría sus propios matices. El proceso de escritura posiblemente me llevó un mes. “Ok’om, el de la historia eterna”, es un cuento largo de 45 páginas y que se divide en siete capítulos (Ok’om, Izapa, Lakamha, Napiniaca, Jovel, Vueltas y revueltas, Ilusión y tiempo), con el cual me doy una vuelta por episodios importantes en nuestra historia, desde la formación del mundo y hasta la época actual, lo anterior a través de la mirada de un niño que es hijo de la Ilusión y el Tiempo.
Ok’om es un personaje que en el proceso sufre, tiene miedo, hace amigos, se emociona, se entusiasma, pierde la fe en las personas, la recupera y se convence de que nuestra historia será eterna. Por ahora no está publicado, espero que el próximo año pueda ver la luz y llegue a muchos lectores.
Me llama la atención el título ¿cómo surgió? Así también, ¿cómo decidiste el seudónimo con el que participaste? ¿Un seudónimo es también una nueva forma de nombrarte?
El título lo tomo de una voz tsotsil que significa mañana, y lo uno a la aspiración del cuento: que la historia de Chiapas, con sus vaivenes, caídas y momentos felices, sea eterna. Ahora, el seudónimo —Monku Yajval Toalá— lo formé tomando voces de distintas lenguas indígenas de nuestra tierra: “Monku” tengo entendido que es “rayo del árbol” en zoque; Yajval es una contracción deformada de Yahval b’alamil, o “dueño de la tierra”, en tsotsil, y Toalá es un guiño a un amigo de Chiapa de Corzo. En mi caso, el seudónimo no me nombra, en todo caso es un antifaz con el que intento ocultarme momentáneamente o, en la mayoría de las ocasiones, es el nombre que le asigno al narrador de la historia, partiendo de que escritor y narrador son dos seres distintos.
¿Qué le permite al público infantil y a quienes escriben este género que exista este Premio en Chiapas?
Un premio literario es un estímulo a la creación, es un llamado que te ofrece un destino para tus escritos. Asimismo, abre la posibilidad de ofrecer nuestras obras y trabajos literarios para que, de ganar, sean conocidos. Y al tratarse de una competencia, quien escribe sabe que debe poner lo mejor de sí para ser competitivo y para aspirar a ganar la convocatoria. De esa manera ganamos todos: quien escribe se esfuerza por ser mejor y romper sus límites, y los lectores tendrán la posibilidad de recibir cada vez mejores obras.
Decías en la ceremonia de premiación del Primer Premio Estatal de Literatura Infantil Elva Macías 2022, que recibir este Premio en Chiapas significa mucho para ti, porque la entidad te ha dado ritmos, sabores, olores, etc, ¿qué le ha dado Luis Antonio Rincón García a Chiapas y a la palabra?
No sé si he logrado darle algo, en todo caso he aspirado a compartir estas otras formas de contar el mundo y de narrar la vida que tenemos en Chiapas. He trabajado para compartir el modo en que festejamos, la fuerza que le dan nuestras raíces —poderosas y ancestrales— a nuestro existir y a nuestras obras y a nuestra cotidianidad. He utilizado nuestro voseo y palabras como chucho, guineo, guindar, para contar que no hay maneras únicas de hablar, y aspiro a escribir historias —como ya lo hicieron muchos otros escritores antes que yo— que de tan locales y profundas, sueñen con ser universales.
Son pocos los escritores y escritoras que se dedican a escribir literatura infantil, ¿qué pasa con este género, por qué es importante visibilizarla?
Pienso que más que elegir los géneros, somos elegidos por los géneros. Por ejemplo, he intentado escribir poesía con resultados casi impresentables, a la vez, el ensayo es un género que me resulta difícil, fangoso, y sin embargo en la narrativa, especialmente en la narrativa infantil y juvenil, me siento muy cómodo. Entonces, quizá sean pocos quienes se sienten atraídos por una literatura que, aun cuando es bastante libre, tiene sus reglas, esto refiriéndome a la literatura infantil. Por otro lado, es importante visibilizarla en tanto a través de ella se darán la mayoría de los primeros acercamientos a la lectura de niñas, niños y jóvenes del mundo. Entonces, se requiere que sea literatura de alta calidad, se necesita que se escriban cuentos y novelas capaces de abducirlos dentro de la historia, para después devolverlos a su realidad con el deseo de echarse otro clavado en otro libro. Deben ser cuentos, novelas, narraciones, poesías con tal calidad literaria, que sean capaces de atrapar la atención a personas de todas las edades. Y es comprometiéndonos con ella, me refiero a la literatura infantil y juvenil, como en algunos casos alcanzaremos ese lugar utópico.
¿Qué es la infancia para Luis Antonio Rincón García, cuándo es niño y cuándo deja de serlo?
No lo sé. No lo tengo claro. Yo sigo siendo un niño juguetón y travieso a mi casi medio siglo de edad. A la vez, hay niñas, hay niños, a quienes de manera brutal le han arrebatado la infancia por siempre. Innegablemente, lo común es que haya un proceso de madurez marcado por el tiempo, es inevitable, irreversible, pero no es menos cierto que el espíritu infantil puede no morir nunca, y seguir dentro nuestro para manifestarse en los momentos más impensados.
Tienes aproximadamente 20 libros publicados, me atrevería a decir que en su mayoría han sido premiados, ¿qué lugar ocupan los libros y la historia en la casa de Luis Antonio?
En casa los libros y la historia están por todos lados. Física y mentalmente. Quiero decir que no sólo están en el librero o en un estante especial, también están en alguna mesita, en un cofre, en el ropero, en el auto, en todas las habitaciones. En las charlas de sobremesa. Y, sin embargo, al mismo tiempo, no son tantos. Están los más queridos, los pendientes por leer, los que me han removido las entrañas. Ahora, la historia, también la veo en cada situación y cosa que me doy el tiempo de analizar. Nada surge de lo espontáneo, todo trae una historia que lo antecede, lo marca y define. Sólo se puede entender a profundidad nuestro entorno conociendo y comprendiendo la historia que le da sostén a esa presencia, a ese existir, justo como lo hacen las raíces —diseminadas, despeinadas, de distintos tamaños y grosores— de un gran árbol, o también como son las grandes masas de hielo de un iceberg sumergidos en el océano. Vemos lo de arriba, lo superficial, mientras que lo denso, lo que soporta eso visible, permanece oculto.
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