Es domingo. Ya casi empuña la mano el niño para sostener el bejuco y lanzarlo con fuerza sobre los caballitos blancos. Se sienta en la última banca de la iglesia de Santa Ana ubicada en Suchiapa. El calor de la tarde no disminuye su emoción por asistir a esta celebración en honor a Santiago Galicia Mártir y a Santa Ana, la “abuela de todos”, la madre de la virgen María.
Muestra desde su celular la imagen de la virgen, a quienes vecinas del barrio, así como creyentes, la visitan en el espacio religioso para agradecerle o pedirle con mucha fe tener un bebé. Cerca del altar, las flores llenan de colores a Santa Ana. Cerca de las flores pronto bailarán y continuarán con la tradición que, para estas fechas de julio reúne a los niños de este lugar, ubicado a 30 minutos de Tuxtla Gutiérrez.
Conforme avanzan los minutos, entran las risas, los chistes y la plática de los niños que tienen entre cinco a 12 años de edad. Algunos llegan con las mochilas llenas de tiras de bejuco, otros más, cargan con mucho cuidado el caballito blanco que usarán para la danza del Caballito Blanco. Ensayan haciendo giros, deslizan las piernas de un punto a otro, movimientos que también realizan cuando el tambor y el carrizo llenan de sonoridad el atrio de la iglesia.
Pronto estos movimientos serán los trotes, el ruido de una fiesta que se escucha por el barrio de Santa Ana y sus orillas.
📷: Cindy Ramos
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