De forma misteriosa, sobre el escenario, algunos objetos guardan las memorias de los deseos, las ideas, las emociones y la existencia de aquel personaje que merodea por la piel de un actor.
Carlos Ariosto, actor y director de Telar Teatro, ha decidido exponer aquellas memorias, objetos de obras que desde el 2015 al 2020 han transitado por el foro autogestivo.
Durante la exposición, los vestuarios, los programas de mano, los posters y la utilería no solo dan pistas y pautas del registro del paso de los personajes, sino del proceso creativo que se ha llevado a cabo para realizar un montaje.
El director del espacio sabe que, cuando se apagan las luces y se baja el telòn, queda un universo en pausa, aquel que ya no necesita a los espectadores sentados en una butaca; si no de aquellos que pondrán los ojos en los vestuarios para hacerlos vivir.
¿Hasta dónde llega la vida del actor? Hasta la extensión de su piel, que traspasa distancias, minutos y corporalidades. Vive dentro del escenario, pero también en aquellos recuerdos que llaman a la casa del teatro.
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