*Una práctica ancestral de los Totikes de Carranza
Antropólogo, Juan Martín Coronel Lara
Cronista de Venustiano Carranza, Chiapas
Cada mayo los Totikes de Venustiano Carranza, dirigidos por los “Principales”, realizan un circuito de visitas a los cerros sagrados de la región para llevar a cabo ritos de petición de lluvias. Se trata de una práctica ancestral que se remonta a la época prehispánica pues diversos estudios demuestran que en la cosmovisión mesoamericana las montañas, las cuevas y los manantiales eran espacios privilegiados para la comunicación con los dioses de la lluvia.
En la religión maya yucateca, Chaahk era considerado el Dios de la Lluvia y se le asociaba estrechamente al Rayo. Aún entre los pueblos tsotsiles de Chiapas a los Rayos se les llama Chauk´ palabra vinculada al vocablo Chaahk.
Las “visitas” a los cerros sagrados parten de los barrios El Convento, San Pedro Mártir, El Calvario y San Sebastián respectivamente, durante los cuatro sábados posteriores a la fiesta de la Santa Cruz. Anteriormente el circuito sagrado incluía por lo menos la visita a cuatro elevaciones orográficas: El Ch´ul Vits –cerro de Carranza-; el Yaxch´en –cerro de Laja Tendida-; el Molochac –cerro cercano a Guadalupe Victoria- y el Salsipuedes –en San Cristóbal de Las Casas-. Sin embargo, en la actualidad únicamente se visitan las dos primeras.
El cerro más importante en la cosmovisión local es sin duda el Ch´ul Vits en cuyas faldas se ubica la ciudad de Carranza. Cada sábado un contingente asciende hasta su cumbre. Durante el recorrido se ejecuta música de tambor, flauta y de arpa mientras los asistentes depositan velas, incienso y flores en promontorios de rocas que son considerados “Santos de Piedra”. Además se les ofrece rezos y ofrendas a las Santas Cruces que se encuentran en la cima de la montaña.
Las ceremonias en los cerros constituyen una de las prácticas religiosas más místicas y enigmáticas de los Totikes. Se trata de actividades en las que se reactualiza la cosmovisión en torno a la lluvia, a las serpientes de agua y a los ancestros guardianes del pueblo y dadores de la lluvia; y forma parte del amplio Patrimonio Cultural Inmaterial de nuestro municipio.
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