Óscar Toalá, presidente del Club Astronómico Jatamatzá
La lluvia de meteoros denominados Líridas, es un acontecimiento astronómico muy esperado por la comunidad de astrónomos aficionados, ya que es considerada una de las más abundantes de las que podemos ver a lo largo del año.
Estas lluvias de meteoros se presentan de manera anual, y este año podremos verlos a partir del 16 al 26 de abril, teniendo su máxima actividad la noche del 22 al 23 de abril.
Este evento podemos comenzar a verlo a partir de las 12:00 horas; pero para el 22, la hora recomendable para su observación es a las 4:00 horas, de igual forma, el día 23 de abril, con una taza de 20 meteoros por hora.
Podremos observarlo en cualquier parte de nuestro estado, incluso de la República Mexicana. Debemos ubicar el norte con la ayuda de una brújula, ahora en los teléfonos celulares tenemos una brújula siempre en el bolsillo.
La orientación a la que debemos buscar es el noreste, sobre el horizonte a partir de las 22:00 horas, y en la madrugada como a las 4:00 horas debemos buscar en el cenit (sobre nuestras cabezas).
Si estamos en una ciudad con mucha contaminación lumínica como Tuxtla Gutiérrez, lo que podemos hacer es apagar todas las luces de nuestras casas y en una posición cómoda, buscando librar obstáculos, como árboles y edificios, para apreciar el espectáculo.
Cabe destacar que las lluvias de estrellas se generan por los fragmentos de roca, hielo y polvo que dejan los cometas cuando vivirán en el vecindario terrestre. Para las Líridas, los restos provienen del cometa Tatcher (C/1861 G1) que visita los planetas interiores cada 415 años, aproximadamente.
Al acercarse al sol, los cometas se calientan y se desintegran; y estos restos son atraídos por la gravedad terrestre, ya que, al ingresar a la atmósfera terrestre a gran velocidad, se desintegra.
Estos restos pueden alcanzar el tamaño de un grano de sal hasta el tamaño de una pelota de futbol. Es por esto que, en ocasiones sólo vemos líneas de luz surcar el cielo y, en ocasiones, bolas de fuego que se desintegran antes de tocar tierra.
Anteriormente, se consideraba que las estrellas fugaces eran algo mágico, y que eran estrellas que caían del cielo.
Nota: nuestro Sol es una estrella, y existen miles de millones de estrellas, las cuales muchas son 500 veces más grande que nuestro Sol. ¿Imagínense que nos cayera una de estas estrellas?
En la actualidad, hay muchos que creen en esta superstición que si logras ver una lluvia de estrellas significa fortuna, con el paso de los años, la ciencia nos demostró que son fragmentos de rocas que entran en fricción con la atmósfera terrestre y que por la gran velocidad a la que entran se incendian y se evaporan o desintegran.
Lamentamos decir que los trozos de rocas no tienen interés alguno en influir en la vida o destino de las personas que habitamos la Tierra.
Para observar la lluvia de meteoros (llamado lluvia de estrellas por el aspecto visual), no es necesario tener un equipo óptico a la mano, como telescopios o binoculares, ya que reducen el campo visual de la observación.
Lo que queremos es tener mayor campo visual para ver pasar los meteoros a lo largo del cielo. Algunos de ellos tardan varios segundos y por ende, recorren largas distancias a una gran velocidad, por lo que no será posible seguirlos y captarlos con un telescopio o binocular. Tampoco es necesario reunirnos en un observatorio astronómico.
Nuestro observatorio es personal, en el sentido que podemos verlo desde el patio de nuestras casas o nuestras azoteas, eso sí, en una posición cómoda para apreciar todo el espectáculo.
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